La Virgen de la Salud de Barbatona es una añadida y poderosa razón en pro de la candidatura de Sigüenza y su paisaje cultural entre los ríos Dulce y Salado a patrimonio mundial.
Es una nueva razón hasta geográfica y ecológica en el sentido más amplio. Y es que Barbatona, no solo se encuentra a tanto solo 8 kilómetros de Sigüenza y es pedanía suya, sino porque hasta halla en la demarcación del Parque Natural del Río Dulce. Y su mismo nombre conlleva un sentido hídrico y significa en su toponimia “fuente”, “borbotón del agua”.
A ello, se añade un poco conocido hecho histórico: su castillejo o torre árabe del siglo X, en cuyo entorno estaría la fuente, que daba agua, vida y vegetación a la localidad y a quienes hacían parada en ella ya que Barbatona se situaba en una importante ruta de caminos.
Tras la reconquista cristiana, a partir del siglo XII, comienza la tradición de la presencia de una muy venerada imagen mariana, que será ya en época barroca cuando adquiera especial resonancia y popularidad. Primero fue bajo del título de Nuestra Señora de los Remedios y de Nuestra Señora de la Salud, título este último que pronto se quedó como definitivo y que es, sin duda, el más popular, venerado e invocado en toda la geografía provincial y diocesana.
En el siglo XIX y desde entonces ya hasta nuestros días, las romerías populares y novenarios para venerar y visitar a la Virgen de la Salud de Barbatona se establecieron en los primeros días de septiembre, situándose su fiesta el domingo siguiente al 8 de septiembre (festividad de la Natividad de la Virgen María).
Fue en 1965 cuando nacieron las Marchas Diocesanas a la Virgen de Barbatona, con celebración multitudinaria y muy devota en el segundo domingo de mayo.
¿No son estas nuevas razones en pro de nuestra candidatura a patrimonio de la humanidad? A la Virgen de la Salud de Barbatona también se lo encomendamos.
Jesús de las Heras Muela
Deán de la Catedral