PROCESIÓN DE LOS FAROLES
En 2005 la procesión de los Faroles de Sigüenza fue declarada Fiesta de Interés Turístico Regional. Una procesión que se celebra el domingo siguiente de la Asunción de la Virgen, 15 de agosto y de la fiesta de San Roque, día 16, patrono de la ciudad. De hecho, es el broche final de las fiestas patronales en honor de este santo y de la Virgen de la Mayor.
Recordemos que la procesión por la ciudad de la imagen de la Virgen de la Mayor se remonta al siglo XV, en concreto al año 1493, pero no será hasta 1928 cuando por primera vez se acompañe de este llamativo Rosario. Sus Faroles fueron elaborados en los talleres Quintana de Zaragoza, realizados de forma artesanal por el profesor de la Escuela de Artes y Oficios de dicha ciudad, D. León Quintana Bianchi. Están formados por un chasis con tirantes de hierro, adornados con piezas de hojalatería y latón y cubiertos sus espacios con vitrales de vidrio soplado con representaciones de la vida de Jesús y de la Virgen María.
El Rosario consta de cinco grandes faroles que representan los Misterios Gloriosos, llevados en andas; y del resto faroles de mano representando los cinco Padrenuestros, las cincuenta Avemarías, los cinco Glorias y sesenta y tres invocaciones de la Letanía Lauretana. Acompañan al Rosario la Gran Cruz y el farol de la Salve Regina Mater.
Todos los faroles, que son portados por miembros de las Peñas seguntinas, con sus típicas camisolas, y por hermanos y hermanas de la Cofradía de la Virgen de la Mayor, están iluminado en su interior y en su conjunto forman una hermosa sinfonía de arte, luz y color, que sobrecoge a todos los que participan en la noche seguntina en la procesión con sus cánticos y rezos.
La procesión de los faroles y de la Virgen en su carroza cuajada de lirios, sale de la catedral, y recorre la calle de Medina, el barrio de San Roque hasta la iglesia de San Francisco (Ursulinas) y la Avenida de la Alameda. Desde allí por las calles del Humilladero y de Guadalajara regresa a la catedral, donde la Virgen volverá a presidir durante todo el año su magnífico altar barroco.